Por María Ayete Gil
Tras el éxito de La uruguaya (Libros del Asteroide, 2017), ganador del premio Tigre Juan de hace dos años y que, en España, creo, va ya por la 11.ª edición, llega de la mano de la misma editorial Maniobras de evasión (2019), un compendio de textos de carácter misceláneo que conforman una suerte de «autobiografía involuntaria» del escritor argentino Pedro Mairal (Buenos Aires, 1970). El trabajo de edición y de selección de textos corre a cargo de la periodista y escritora Leila Guerriero, quien, como se anota en la contraportada de esta edición, y como el propio Mairal ha confesado en numerosas entrevistas, no solo ha descartado propuestas y reorganizado el material de forma coherente, sino que también ha empujado al autor a rellenar huecos y ampliar temas con textos nuevos.
A los veintiocho años, Pedro Mairal gana la primera edición del Premio Clarín con Una noche con Sabrina Love (reeditada en España por Libros del Asteroide en 2018, cuando La uruguaya era ya casi un fenómeno editorial), una novela corta que narra el viaje iniciático (como iniciática es la novela para el autor) de su protagonista adolescente. A pesar de los dieciocho años que separan la una de la otra, es difícil no establecer paralelismos entre las dos novelas. Es como si ambas fueran la misma, pero sin serlo, como si el mismo antihéroe habitara en las dos (un tono perceptible también en varios de los textos de Maniobras de evasión), pero con la dislocación de los años. ¿Qué hizo Mairal durante esos dieciocho largos años? Escribir. ¿El qué? Textos cuyo título el lector español difícilmente encontrará en las librerías de nuestro país, pues muchos todavía no han sido publicados en España. En efecto, Mairal publica entre medias dos novelas, El año del desierto (2005) y Salvatierra (2008), los poemarios Consumidor final (2003) y la trilogía Pornosonetos (2003, 2005 y 2008), y el libro de cuentos Hoy temprano (2001).
De los treinta y nueve escritos de Maniobras de evasión (el más lejano es de 2001), nueve son inéditos. Los treinta restantes provienen de distintas fuentes: o bien son artículos publicados en diversas revistas latinoamericanas (destaca, pienso yo, «Desde el camión», una crónica sobre el viaje impregnada de literatura), o bien textos que han sido leídos (como el que abre el volumen, «Quiero escribir pero me sale espuma», escrito para el ciclo Manifiesto de 2009 en Buenos Aires) o bien publicaciones de su blog El Señor de Abajo. Los textos inéditos cumplen de sobra la función que Guerriero esperaba de ellos, pues funcionan como vasos comunicantes, como puentes entre islas que dotan al volumen de armazón, estructura y orden. Pero diré más: justamente algunos de esos originales son de lo mejor de la compilación. Pienso, por ejemplo, en «El sobrino de Bioy», un texto de reflexión, no exento del humor característico de Mairal, sobre lo que significó resultar ganador del Premio Clarín y que funciona como prólogo de la edición de Una noche… de Libros del Asteroide; o en «Adiós, señora Ana», un recuerdo lírico y lúcido de la madre que ya no está, sin duda el más emotivo y privado de la colección, o en «Es ahora», un alegato del aquí y del ahora de la escritura y del poder poético de lo desconocido que reside en lo nimio.
En líneas generales, puede decirse que hay ciertos temas protagonistas en casi todos los textos reunidos. El primero, y quizá el más aglutinador, se asoma a la trastienda del escritor, esto es, al proceso de escritura (y, sobre todo, de la no escritura) y a los vericuetos, a veces muy problemáticos, de la transformación del mundo en palabras. También están sus derivados, quiero decir, avatares del mundo literario y editorial que Mairal afronta desde distintos posicionamientos. La familia, por otro lado, conforma otro de los grandes pilares temáticos de la compilación, en donde destacan tanto la figura de los hijos, como episodios autobiográficos de la infancia del autor. Finalmente, la mujer y el sexo, que le sirven al autor para trazar una oda al cuerpo femenino de carácter desenfadado.
Los lectores de Mairal coincidirán conmigo en afirmar que el humor, el ritmo y ese tono cercano a la lengua hablada lleno de lirismo son fundamentales en su literatura. Maniobras de evasión no es, en ese sentido, excepción; la aparente ligereza de sus textos no impide una escritura profunda, en algunos momentos, casi desvergonzada, pero siempre muy próxima al lector, confesional y directa, sobre todo en aquellos fragmentos donde afronta la revisión de su pasado.
Yo, que antes de adentrarme en esta nueva publicación no había leído nada de Pedro Marial, sentí, tras su lectura, el impulso de correr hacia sus otros textos. Lo hice con prisa y nerviosismo, creyendo cuando menos complejo sostener tal grado de viveza y de ritmo en el lenguaje en textos de mayor extensión. El resultado fue mi confirmación personal de aquello que desde unos pocos años a esta parte viene diciéndose de él: «Pedro es uno de los mejores autores argentinos contemporáneos». El pudor me impide hacer mías esas palabras, pero lo que sí puedo sostener es que Mairal pega fuerte y que, sin duda, es más que recomendable detenerse a leerlo.
Fotografía del autor: Samuel Sánchez