Es un placer volver a habitar las páginas de la revista Vísperas. Esta vez con una lectura de la novela La parte soñada (Random House, 2017), del argentino Rodrigo Fresán, de quien ya reseñamos en este blog La velocidad de las cosas (1998).
La parte soñada es un libro imponente, que infunde respeto, miedo y asombro a partes iguales. Me atrevo a decir incluso que intimida ya desde su dilatada extensión o desde la imagen inquietante y algo enigmática de su portada: una especia de muñeco de hojalata, orondo y sonrosado, que porta en una mano un osito de peluche amarillo y en la otra un candil dorado y una desproporcionada maleta con una llave para darle cuerda indefinidamente.
Fotografía del autor: Elisa Arroyo