Hoy he pasado un rato fantástico con Begoña Méndez y José Bocanegra. Nos hemos visto en Libros Traperos, donde Begoña ha presentado su libro Autocienciaficción para el fin de la especie. Con una cerveza en la mano hemos hablado de muchas cosas: las librerías como espacio de encuentro, el desconocimiento sobre la propia escritura, Nápoles, Mallorca, el Mar Menor… También hemos hablado de Lector salteado y les he dicho que hace tiempo que no paso por aquí. En algún momento empezó a pesarme tener que reseñar toda esa pila de libros pendientes que me interesaba comentar pero para los que no tenía tiempo ni energía. Empecé por placer y solo por placer voy a continuar. Sé que sois pocos quienes leéis esto, pero también sé que algunos le habéis dado siempre un calor que seguramente ni merezca. En las últimas semanas varios lectores me han preguntado por LS. Hace mucho que no reciben ninguna notificación y se preguntaban si habría pasado algo grave. Que alguien se alarme por tu silencio puede llegar a convertirse en un gesto de amor genuino. Por eso no he podido evitar tomarme ese interés como una señal. Voy a volver. Tengo que volver a divertirme con esto. Tengo que ordenar esta cabeza («bulto bullente», creo que ha dicho hoy Begoña en la presentación). Hay demasiados libros buenos sobre la mesa. Y en el buzón, y en la mochila, y en la encimera de la cocina, y sobre la cama, y en la baño, y sobre las rodillas. Yo pienso cuando escribo y no quiero dejar de pensar en los libros que leo. Quiero escribirlos para pensarlos, para habitarlos. Ya toca volver.
Imagen: A Sudden Gust of Wind (after Hokusai), 1993, Jeff Wall.
¡Contenta por volver a «leerte»! El tiempo pasa, pero el afecto permanece. Feliz regreso
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