Ayer decidí llamar a mi abuela cada día a la misma hora para asegurarme de que no se ha caído sola en su casa y se ha muerto. Hoy se me ha olvidado. Y está bien que así sea para que no se acostumbre, y si un día, como hoy, se me olvida, no piense que me he caído solo en mi casa y me he muerto.
Imagen: Carlo Alfano, Frammenti di un autoritratto anonimo N. 69, ca. 1970.
Hola, Mario: Esta abuela echa de menos tus artículos de «Lector Salteado» , el 14 de enero me entró el último y, pienso, que he hecho algo mal con el móvil y por eso «me has borrado» … ¿Puede ser? … Te recuerdo con cariño.
MAITE
Me gustaMe gusta
Querida Maite, no es cosa de tu móvil, sino de esta vida loca que no me deja dedicarle a Lector salteado el tiempo que quisiera. Es verdad que he estado bastante inactivo por aquí, pero gracias a mensajes como el tuyo me comprometo a seguir dando guerra muy pronto. Un gran abrazo.
Me gustaMe gusta
¡GRACIAS, Mario! Son un regalo tus palabras y tu recuerdo. Mantengo contacto con alguna mamá y alguna alumna. Es un placer. Gracias 🙂
Me gustaMe gusta