7. Algo muy grave va a suceder en este pueblo, de Gabriel García Márquez [Paco Inclán]

Hasta que el cuento aguante

Un cuento que con toque irónico nos advierte que la psicosis social puede causar estragos más allá del estado de emergencia en el que nos encontramos. Son tiempos que ponen a prueba nuestra responsabilidad individual para el beneficio colectivo. Y también de intentar mantener la calma para evitar males mayores. Rehuyamos de los que alimentan el morbo y el ruido informativo.

 

Recomendación de Paco Inclán, escritor y profesor. Autor de los libros La vida póstuma (Fides, 2008), Tantas mentiras (Jekyll & Jill, 2015), Incertidumbre (Jekyll & Jill, 2016) y Dadas las circunstancias (Jekyll & Jill, 2020). Editor de la revista de arte y pensamiento Bostezo (2008-2018) y de la Guía gastronómica de la València migrante (Cocinas Migrantes, 2019). Ha realizado proyectos de cooperación cultural en la isla de Bioko, el archipiélago de Chiloé y la frontera colombo-ecuatoriana.

 

«Algo muy grave va a suceder en este pueblo», de Gabriel García Márquez

Imagínese usted un pueblo muy pequeño donde hay una señora vieja que tiene dos hijos, uno de 17 y una hija de 14. Está sirviéndoles el desayuno y tiene una expresión de preocupación. Los hijos le preguntan qué le pasa y ella les responde:

—No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo.

Ellos se ríen de la madre. Dicen que esos son presentimientos de vieja, cosas que pasan. El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima, el otro jugador le dice:

—Te apuesto un peso a que no la haces.

Todos se ríen. Él se ríe. Tira la carambola y no la hace. Paga su peso y todos le preguntan qué pasó, si era una carambola sencilla. Contesta:

—Es cierto, pero me ha quedado la preocupación de una cosa que me dijo mi madre esta mañana sobre algo grave que va a suceder a este pueblo.

Todos se ríen de él, y el que se ha ganado su peso regresa a su casa, donde está con su mamá o una nieta o en fin, cualquier pariente. Feliz con su peso, dice:

—Le gané este peso a Dámaso en la forma más sencilla porque es un tonto.

—¿Y por qué es un tonto?

—Hombre, porque no pudo hacer una carambola sencillísima estorbado con la idea de que su mamá amaneció hoy con la idea de que algo muy grave va a suceder en este pueblo.

Entonces le dice su madre:

—No te burles de los presentimientos de los viejos porque a veces salen.

La pariente lo oye y va a comprar carne. Ella le dice al carnicero:

—Véndame una libra de carne —y en el momento que se la están cortando, agrega—: Mejor véndame dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado.

El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar una libra de carne, le dice:

—Lleve dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se están preparando y comprando cosas.

Entonces la vieja responde:

—Tengo varios hijos, mire, mejor deme cuatro libras.

Se lleva las cuatro libras; y para no hacer largo el cuento, diré que el carnicero en media hora agota la carne, mata otra vaca, se vende toda y se va esparciendo el rumor. Llega el momento en que todo el mundo, en el pueblo, está esperando que pase algo. Se paralizan las actividades y de pronto, a las dos de la tarde, hace calor como siempre. Alguien dice:

—¿Se ha dado cuenta del calor que está haciendo?

—¡Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor!

(Tanto calor que es pueblo donde los músicos tenían instrumentos remendados con brea y tocaban siempre a la sombra porque si tocaban al sol se les caían a pedazos.)

—Sin embargo —dice uno—, a esta hora nunca ha hecho tanto calor.

—Pero a las dos de la tarde es cuando hay más calor.

—Sí, pero no tanto calor como ahora.

Al pueblo desierto, a la plaza desierta, baja de pronto un pajarito y se corre la voz:

—Hay un pajarito en la plaza.

Y viene todo el mundo, espantado, a ver el pajarito.

—Pero señores, siempre ha habido pajaritos que bajan.

—Sí, pero nunca a esta hora.

Llega un momento de tal tensión para los habitantes del pueblo, que todos están desesperados por irse y no tienen el valor de hacerlo.

—Yo sí soy muy macho —grita uno—. Yo me voy.

Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle central donde está el pobre pueblo viéndolo. Hasta el momento en que dicen:

—Si este se atreve, pues nosotros también nos vamos.

Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, los animales, todo.

Y uno de los últimos que abandona el pueblo, dice:

—Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa —y entonces la incendia y otros incendian también sus casas.

Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio de ellos va la señora que tuvo el presagio, clamando:

—Yo dije que algo muy grave iba a pasar, y me dijeron que estaba loca.

 

[HASTA QUE EL CUENTO AGUANTE]


“Cuando todo esto pase” podréis leer Doce cuentos peregrinos, de Gabriel García Márquez (Literatura Random House, 2014). [Aviso legal]

Un comentario en “7. Algo muy grave va a suceder en este pueblo, de Gabriel García Márquez [Paco Inclán]

  1. García Márquez siempre cuenta lo más simple de la manera más sencilla. Y siempre funciona.
    Me acuerdo de un señor cliente que estaba en la caja de ahorros para un asunto, y la empleada que lo atendía le ofreció un producto financiero de insuperable rentabilidad y, por supuesto, sin riesgo alguno. Cuando la empleada le dio aire al señor, este le dijo: Vale, vuelvo dentro de un rato con mi madre. Es muy mayor y no muy ilustrada pero, si usted es capaz de que ella entienda su oferta, yo me convenceré de que el producto que me ofrece es bueno y sincero.

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